CASADA PERO....... INDEPENDIENTE
Por: Patricia Mérida.
Cuando una persona abandona la soltería para poner los pies
en el terreno del matrimonio y la vida en pareja, se crea una nueva vida de
convivencia, dar-recibir, uno a la par de otro, adaptación, confianza y empatía
de ambos.
Se tiene la idea de que, desde ese momento en adelante, la pareja hará todo juntos, andarán siempre
juntos, esto es bueno, sobre todo si ya hay hijos en la pareja. Sin embargo,
también es sano, para ambas personas y sobre todo para la relación, que exista
cierto grado de independencia entre ellos, la independencia de cada uno,
demuestra que es una relación sana, donde hay confianza, amor, tolerancia y
comprensión.
En los matrimonios comunes, por lo general, es la mujer
quien muestra mayor incapacidad para sentirse independiente de su pareja,
pierden la identidad, si bien es cierto que tener una buena relación de pareja
y una armoniosa vida familiar es un objetivo común de la pareja, cada uno tiene
gustos y preferencias diferentes. Tú tienes objetivos en lo personal y
profesional, que no necesariamente tienen que coincidir con los de tu esposo.
Cuando se inicia la vida matrimonial, se empieza a dejar de
lado todas esas cosas que eran importante para ti, tus intereses, tus hobbies,
etc. Hasta caer en un punto en que se empieza a ver el mundo a través de los
ojos del esposo, perdiendo la esencia de la mujer, su perspectiva y equilibrio
que debemos tener.
Si tu pareja coarta tu libertad o no, está en tus manos
permitirlo, defiende tus ideas, pero de manera pacífica, siéntense a platicar
de los deseos de cada uno, tanto en pareja como individualmente, porque cuando
se enamoraron, fue justamente por la forma de ser de cada uno.
Si esperamos el consentimiento de él para hacer algo que
queremos, pensar si le molestará o no el que expreses algún pensamiento o
idea, estaremos perdiendo nuestra personalidad. Si te limitas solamente a
pensar en tu relación o en tu pareja, tu vida se volverá monótona e
inconscientemente te estarás encarcelando.
Trabajar es una buena forma de sentirnos independientes, ya
que no estarás sujeta económicamente de él, nos sentiremos autosuficientes,
capaces de tomar nuestras propias decisiones por el bien de nuestra familia, y
de nosotras mismas.
Cuando empiezan algunos problemas de pareja, acusamos a los
hombres de “cambiar” respecto a cómo eran en el noviazgo, que si ya no nos
prestan atención, que si no nos dedican tanto tiempo, etc. Pero acaso tú no has
cambiado también, te has dejado de preocupar lo suficiente por ti misma, has
centrado tu mundo alrededor de él, tu esencia y personalidad se han ido
esfumando. En vez de que con el apoyo de nuestra pareja, autorrealizarnos, ser
mujeres independientes, autosuficientes y con muchos sueños que cumplir. Claro
está, teniendo los pies sobre la tierra, estando conscientes del bienestar de
la familia.
Y así como tú necesitas tiempo y espacio para hacer tus
cosas, tienes que darle espacio a él también, no le prives de las cosas que a él
le gustan, no trates de controlarlo, eso solo creará fricciones entre ustedes y
demostrará tu inmadurez e inseguridad.
Céntrate en ti, en estar feliz y recuerda que el matrimonio
lo conforman dos personas que deben ir uno a la par del otro, ni detrás ni adelante,
ni abajo ni arriba del grado de importancia y decisión que ambos tienen.
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