LA MUJER MODERNA
Edición: Patricia Mérida
En el siglo XXI la mujer debería
tener todo a su favor. Tras años de lucha, hace ya varias décadas que se libró
del encierro que suponía estar metida entre cuatro paredes y condenada a no
poder ejercer otra profesión que no fuera la de esposa devota y ama de casa
entregada.
A pesar de que aún queda mucho
camino por recorrer en el plano de la igualdad de oportunidades, resulta
gratificante ver cómo las mujeres acceden cada vez más a puestos de
responsabilidad. Sin embargo, esta liberación, ha venido a poner en el tapete a
una nueva mujer, con rasgos más masculinos en la toma de decisiones pero sin
perder su naturaleza ni esencias femeninas.
En el libro ‘El Corsé Invisible’,
de las autoras de Eliette Abécassis y Carolina Bongrand, se analiza a dicha
mujer y sus nuevas características que la hacen única.
Tienen un doble rol
La mujer actual quiere seguir
siendo mujer pero también pretende ser un hombre. En estos momentos las mujeres
no se conforman con aceptar lo que les corresponde, vale decir, los mismos
derechos del hombre. Después de siglos de resignación lo quieren todo y van en
búsqueda de protagonismo y poder.
Ya no se postergan
Las mujeres de hoy no quieren ser
como sus madres, que hacían del hogar un apostolado permitiendo que sus maridos
o parejas creyeran que eran ellos los que tomaban las decisiones y aceptando un
papel secundario, y postergando indefinidamente sus propias ambiciones, se
grafíca en el manual.
Postergar el matrimonio
Hoy en día, posponen el
matrimonio para más adelante, hasta casi perder la posibilidad natural de ser
madres y aunque tengan después que someterse a tratamientos difíciles para
quedar embarazadas. Quieren hacer carreras en sus empleos a la par del hombre,
disfrutar de su libertad; de la independencia económica y del poder. Hoy cada
día hay más mujeres que prefieren no casarse ni tener familia, dedicándose
enteramente a sus profesiones.
Son mujeres de temer
La mujer de hoy se comporta
agresivamente y pretende tomar la iniciativa en lo que se refiere a una
relación de pareja. Desarrolla sus bíceps, adquiere masa muscular y luego
quiere seducir a un hombre; pero también se da cuenta que ya no hay más hombres
como los de antes, sino que ellos también han cambiado.
Viven atrapadas por la sociedad
Pero esta modernidad ha traído
consigo ciertas consecuencias negativas sobre la mujer. Ahora son presas de las
arrugas y están constantemente a dieta. Sin tiempo para sí mismas ni para su
pareja, se encuentran al borde del divorcio a los cinco años de casarse. Todo
ello bajo la insoportable presión social de que no son nunca lo bastante
delgadas, bellas, buenas madres o buenas esposas, comentan las autoras.
Exigen más valoración
Debajo de esa fachada de
autosuficiencia se oculta una persona temerosa, que quiere tener todo bajo
control para sacar el mejor provecho de la vida, ser valorada, obtener
reconocimiento, demostrar sus aptitudes, su inteligencia y su capacidad de
perfección, pero que se equivoca al pensar que con eso ha conseguido todo.
Son competitivas
Ahora la mujer avanza por la vida
orgullosa del éxito que ha ganado después de una difícil competencia y hasta de
haber renunciado a su destino femenino, con la inconfesable e íntima
satisfacción de haber superado al hombre. Así como la competitividad es su
nueva arma, con ella afloran ciertas enfermedades como el estrés y la
depresión, se lee en el libro.
Hablan lo que piensan
En la sociedad actual, las
mujeres han introducido un elemento de desestabilización en este orden: la
libertad para expresar los sentimientos. En la nueva sociedad es la mujer la
que está introduciendo nuevos hábitos y carecer de esta habilidad se está
convirtiendo para muchos hombres en una desventaja.
Mandan en el hogar
Hay que decirlo, la imagen de la
mujer que esperaba a su marido con la comida lista ya pasó al olvidó. Ahora son
cada día más los hombres que deben prepararse su propio alimento al llegar del
trabajo, ya sea porque la mujer también trabaja, o tiene actividades extra
laborales que la hacen tener vida propia.
Dueñas en el sexo
Hay algo claro, la mujer busca
mucho más el sexo que antes, incluso fuera del matrimonio o de la relación de
pareja, pero cuando no quiere hacer el amor, lo dice sin tapujos y el hombre
debe conformarse. Ya pasaron los tiempos en que si el hombre quería, la mujer
debía someterse a sus caprichos. Ahora ellas tienen el poder en la cama,
finalizan las autoras del manual.
Fuente:
Terra. Mujer y familia
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